hamac

Para qué escribe uno, si no es para que lo lean? Tan lejos como pueda remontar en mis recuerdos, me parece que, así como supe escribir, empecé a contar historias. Tras poemas confidenciales y notas en el periódico de mi instituto, transité claro está por la autobiografía casi sin disfraz y luego por la novela híbrida. Con los años, he llegado a la convicción de que lo que mejor conviene a mi economía literaria, es el cuento. En sus diversas modalidades, hasta llegar a la verdadera novela corta. Aquí tienen los centos y relatos que vengo elaborando desde hace un buen puñado de años. Buena lectura y ¡que haya suerte, pues!

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